El emprendimiento digital está a la orden del día. El negocio online se ha convertido en uno de los favoritos entre quienes desean trabajar por cuenta propia, porque en el momento actual este tipo de negocios son mucho más viables que los basados en un establecimiento físico, y también porque los trámites burocráticos para poder empezar la actividad son menores.
Es cierto que, a nivel administrativo, la puesta en marcha de un negocio digital es más sencilla, pero esto no quiere decir que no haya una serie de cuestiones legales a las que haya que prestar especial atención.
Requisitos fiscales para abrir un ecommerce
Quien está al frente de un negocio de este tipo debe cumplir, en primer lugar, con las mismas obligaciones fiscales que se le exigen a cualquier emprendedor. El interesado debe darse de alta en la Seguridad Social como autónomo y también cursar el alta en Hacienda eligiendo el epígrafe más adecuado del Impuesto de Actividades Económicas (IAE).
Sin el alta en Hacienda no es posible emitir facturas de forma legal, por lo que este trámite es totalmente necesario. De hecho, incumplirlo puede dar lugar a sanciones por parte de la Agencia Tributaria.
Cumplimiento de la Ley de Ordenación del Comercio Minorista
A efectos legales, tener un negocio online es exactamente igual que tener un negocio con establecimiento físico. En el caso del ecommerce no hace falta una licencia de apertura para poder trabajar, pero en todo lo demás hay que cumplir con la legislación sobre comercio minorista.
En esta normativa se imponen requisitos con respecto a la entrega de productos, que debe hacerse en un plazo máximo de 30 días desde la compra; también sobre los medios de pago que se pueden aceptar; el libre desistimiento por parte del cliente y la política de sustituciones del producto o servicio si este ya no estuviera disponible.
Normativa sobre protección de datos
En las ventas online de productos o servicios el cumplimiento de la normativa referente a la protección de datos es especialmente importante. Algunas de las obligaciones más importantes a tener en cuenta a este respecto son:
- No se pueden enviar correos publicitarios a quien no haya dado su consentimiento expreso para ello.
- La web debe tener una política de privacidad accesible para todos los usuarios.
- Los interesados deben poder dar de baja su suscripción a la lista de correo de forma rápida y sencilla.
Cumplir con la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y el Comercio Electrónico
La conocida como LSSI es una de las normas más importantes que afectan al ecommerce, porque regula de forma específica esta forma de negocio.
Esta ley establece las normas que deben cumplir todas aquellas empresas que se dediquen a la venta de productos o servicios de forma online. Uno de sus aspectos más importantes es la regulación de la información que el titular del negocio debe suministrar obligatoriamente a los visitantes de la web:
- Nombre o denominación social, domicilio y correo electrónico en el que pueda ser localizado.
- Inscripción en el Registro Mercantil.
- Autorización administrativa previa (en los casos en que sea obligatoria).
- Número de identificación fiscal.
- Información clara y precisa sobre los precios y los gastos de envío.
En la mayoría de los casos esta información suele recogerse a través de los apartados de Aviso Legal o Condiciones de Uso.
La política de cookies también viene regulada en la LSSI y tiene una estrecha relación con la protección de datos. El titular de la web está obligado a informar a sus visitantes de que la misma utiliza cookies y del tipo que utiliza, solicitando consentimiento expreso para el uso de todas o algunas de ellas. De ahí que lo primero que se le deba mostrar al nuevo visitante de la tienda online es la advertencia sobre las cookies y un enlace a las mismas, así como la solicitud de consentimiento para usarlas.
Ley General para la Defensa de los Consumidores
Esta es otra de las normas clave que hay que conocer al emprender a través de un ecommerce. En ella se regulan cuestiones básicas como los precios, los plazos de devolución, los formularios para cancelar pedidos, o la responsabilidad en caso de que los bienes adquiridos sufran daños durante el transporte.
Para abrir un negocio en versión ecommerce se exigen pocos requisitos a nivel administrativo, pero es fundamental que el emprendedor esté al tanto de toda la normativa que tiene que respetar.
Incumplir cualquiera de las normas señaladas puede dar lugar a una denuncia por parte de cualquier consumidor o incluso de asociaciones para la defensa de consumidores y usuarios. Denuncia que puede dar lugar a la apertura de un expediente que acabe con una sanción y la obligación de cumplir con la norma que no se está respetando. No obstante, en los casos más graves el incumplimiento de las normas puede dar lugar al cierre de ecommerce.